Mírame: Terror genérico, huecos narrativos y un guion para el olvido

Mírame (2021), de Pavel Cantú, es una película que prometía una historia de terror intrigante, pero que terminó desmoronándose como pan mojado. Lo más impactante no es su fracaso narrativo, sino el hecho de que la hayan coescrito cuatro guionistas y, aun así, tenga más huecos que una coladera de cocina.

La trama, que sigue a un joven enfrentándose a fenómenos paranormales tras mudarse con su abuela, comienza con cierta promesa, pero pronto se vuelve un revoltijo de clichés y momentos sin sentido. En lugar de un largometraje bien estructurado, parece un episodio extendido de Lo que la gente cuenta, con sustos predecibles y una historia que se tambalea sin dirección.

Los diálogos no ayudan en nada: son rígidos, acartonados y poco creíbles, como si los

personajes estuvieran recitando líneas de un guion que jamás pasó por una revisión seria. Y lo peor es que la película ni siquiera logra aprovechar su ambientación en Xochimilco, un lugar con un potencial enorme para el horror.

Al final, Mírame es un intento de terror que se queda corto en todos los aspectos. No asusta, no impacta y, lo más triste, no deja huella.